LA PACIENCIA
Hay situaciones que podemos manejar con nuestra paciencia; aquellas en las que aguantamos hasta un cierto límite, pero una vez pasado, explotamos y no podemos controlar nuestra rabia e ira y actuamos en consecuencia. Esto generalmente sucede después de aguantar un tiempo ciertas actitudes en las que discrepamos. Aunque, en principio, la palabra o el hecho que provoca la reacción de exasperación no suele tener importancia. Sin embargo, debido a las acciones que le han precedido desbordan nuestros límites de la paciencia; desatando así un cúmulo de consecuencias negativas y desproporcionadas con la causa última que las provoca, en consecuencia es importante que tú tomes medidas para no llegar a los límites de tu paciencia, habla, soluciona y resuelve lo que te incomoda o molesta.
¿Qué culpa tiene la gota que colma el vaso? Deja que lo malo se vaya por el desagüe y llena tu vaso de cosas buenas y positivas.
Tendríamos que dejar de echarle la culpa a la gota de agua que rebasó el vaso, y hacernos cargo de la comodidad con la que nos sentamos a esperar que se llene.
Dios bendice el bien en ti, Namasté.
Hay situaciones que podemos manejar con nuestra paciencia; aquellas en las que aguantamos hasta un cierto límite, pero una vez pasado, explotamos y no podemos controlar nuestra rabia e ira y actuamos en consecuencia. Esto generalmente sucede después de aguantar un tiempo ciertas actitudes en las que discrepamos. Aunque, en principio, la palabra o el hecho que provoca la reacción de exasperación no suele tener importancia. Sin embargo, debido a las acciones que le han precedido desbordan nuestros límites de la paciencia; desatando así un cúmulo de consecuencias negativas y desproporcionadas con la causa última que las provoca, en consecuencia es importante que tú tomes medidas para no llegar a los límites de tu paciencia, habla, soluciona y resuelve lo que te incomoda o molesta.
¿Qué culpa tiene la gota que colma el vaso? Deja que lo malo se vaya por el desagüe y llena tu vaso de cosas buenas y positivas.
Tendríamos que dejar de echarle la culpa a la gota de agua que rebasó el vaso, y hacernos cargo de la comodidad con la que nos sentamos a esperar que se llene.
Dios bendice el bien en ti, Namasté.
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