El
descubrimiento de Jim Humble
MMS es el
nombre que le dio el ingeniero Jim Humble a su descubrimiento para la curación
de la malaria. Signifi ca „Solución Mineral Milagrosa“, un nombre que puede
resultar extraño si no se conocen las circunstancias que rodearon al descubrimiento de sus virtudes terapéuticas. Esto es lo que ocurrió: unos años
antes del tercer milenio, el ingeniero especializado en minas de oro Jim Humble,
dirigió una expedición de prospección en Guayana, América del Sur. Esta
prospección lo llevó a él y a su equipo a adentrarse en la selva para descubrir
un bien muy preciado, el oro. Jim Humble ha desarrollado un sistema de minería
no contaminante para extraer oro sin necesidad de utilizar mercurio tóxico. Y
este sistema debería ser, en mi opinión, el único permitido en la actualidad,
ya que la minería de oro es extremadamente contaminante. Estando en plena
selva, a 400 km del hospital más próximo, varios de los hombres que integraban
su equipo contrajeron la malaria y no disponían de medicamentos para poder
tratarla, ya que los habían informado incorrectamente de que no corrían peligro
de contraer la enfermedad en aquella zona.
Según datos
publicados por la propia Organización Mundial de la Salud, la malaria es la
enfermedad infecciosa que más vidas se cobra al año. Se contrae
fundamentalmente en todas las zonas tropicales
del mundo:
América del Sur, África e Indonesia. ¿Y cuáles son sus síntomas? Cuando en
climas de insoportable calor y humedad las personas enferman de malaria, la fi
ebre sube fácilmente por encima de los 40º. La elevada temperatura acaba
entonces con las fuerzas del enfermo, hasta el extremo de que puede sufrir
fuertes convulsiones y, en caso grave, morir.
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Los hombres
del equipo de Jim Humble que estaban afectados por la malaria le pidieron
ayuda, desesperados. Le suplicaron que hiciera cualquier cosa para salvar sus
vidas. Y Jim, desprovisto de
cualquier
tipo de medicamento que pudiera resultar mínimamente efectivo, utilizó lo único
que llevaba encima: un desinfectante que empleaba para potabilizar el agua,
sustancia que cualquier persona
que se
adentre en la selva debe llevar consigo si quiere sobrevivir.
Y él lo
sabía, pues había participado en multitud de expediciones, en busca de oro, en
África y Sudamérica, y había tenido la ocasión de comprobar que la mayoría de
las enfermedades se contraían por beber agua
no adecuada para el consumo humano.
En un acto
de desesperación, Jim Humble dio de beber a los miembros de la expedición
enfermos unas gotas del desinfectante y, para gran asombro de todos, a las
cuatro horas de su administración,
empezaron a
encontrarse bien, sin síntomas de malaria. El propio Jim Humble contrajo poco
después la misma enfermedad y pudo comprobar en su propio cuerpo que este
remedio, que descubrió
por casualidad,
funcionaba eficazmente. Así que, ¡fue en busca de oro, y encontró algo
increíblemente más valioso: salud!
El mejor
desinfectante contra todo tipo de patógenos conocido ha sido, y sigue siendo,
el dióxido de cloro, una sustancia que se consigue mezclando clorito de sodio
(NaClO2) y un ácido para activar el proceso de liberación del dióxido de cloro.
En Estados Unidos se vendió, en
su día, como oxígeno estabilizado, que no era otra cosa que clorito de sodio.
Aunque no hay que confundirlo de ninguna manera con el hipoclorito, clorato o
cloruro sódico, que son sustancias totalmente diferentes.
(Extraido del Libro "La Salud es Posible" del Dr. Andreas Ludwig Kalcker)
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