La ley de atracción es una ley espiritual, que en los últimos tiempos ha derivado en puro materialismo. Es una ley espiritual que, mediante las manifestaciones físicas, te muestra el contenido de tu mente. Su propósito debe ser el de ayudarte a tomar conciencia del estado en el que se encuentra tu mente, pero no solo debe animarte a perseguir ilusiones en un mundo fabricado y alimentado por el ego.
No estoy diciendo que debamos renunciar a las cosas de este mundo, sería absurdo hacerlo mientras estemos en él. Pero sí digo que la búsqueda del espíritu, deberían ser nuestro principal objetivo; y las cosas materiales de este mundo quedar relegadas a un segundo plano, y ya que tienen menos importancia. Y cuando el éxito llega, ya sea económico, profesional, familiar, o del tipo que sea, no es más que la consecuencia natural de nuestro estado interno. Cuánto menos importancia le demos, más llegará, aunque necesitemos menos…, si nos centramos en estra “muy bien” desde dentro.
Considero esta aclaración de suma importancia, dado que, a menudo, los estudiantes de la ley de atracción, en una práctica poco rigurosa de su significado y propósito, práctica que por supuesto alimentan todos los "maestros de la ley de atracción", confunden materialismo con espiritualidad, cuando ambos conceptos proceden de mundos totalmente distintos.
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